“Todo pasa por una razón” ¡qué verdad más grande! Todo, absolutamente todo lo que nos sucede contiene una oportunidad de crecimiento. La elección es nuestra, nosotros elegimos con nuestra respuesta a la situación el resultado final. Podemos elegir sentir pena por nosotros mismos, actuar con resentimiento y bronca a modo de defensa ante la injusticia de la que somos víctimas en ese momento. Nos enojamos con Dios, con el mundo, con el vecino y con todo el que se nos pone adelante. Nos preguntamos un millón de veces ¿Por qué a mi? ¿Por qué naci tan desgraciado? Esta actitud nos ofusca la capacidad de ver la verdad oculta, el mensaje encubierto, la lección a aprender y nos amarga el espíritu. Ya no vemos la vida con alegría con pasión, ahora la vemos como una batalla que hay que pelear a cada rato, sin descanso. Entonces creemos a pies juntillas en el mito de que “la felicidad es para unos pocos” y que le ha tocado a otros. Así que bajamos la cabeza con resignación, bajamos los brazos en señal de derrota y marchamos por la vida sin atrevernos a soñar.. porque los sueños son mitos y solo nos amargan la vida, después de todo hay que ser realistas!
Pero también podemos mirar a la situación (problema) desde la distancia y preguntarnos ¿Por qué me está pasando esto? y luego actuar guiados por el amor y gratitud hacia el universo por la oportunidad brindada. Una oportunidad que me permite actuar a mi libre albedrio, que me permite decidir quién soy, que me deja crearme a mi antojo. Una oportunidad que pone a prueba mi ego, que elimina mis expectativas y que me permite aceptar lo que es por lo que es y enriquecerme con ello. El saber que soy mi maestro y señor y por lo tanto responsable de todo (absolutamente todo) lo que me pasa es todo lo que se necesita para alcanzar la felicidad que consideramos inalcanzable.
Vivamos cada minuto siguiendo los dictados de nuestros corazón, creándonos a cada paso, sin miedos, sin expectativas, simplemente siendo y aceptando lo que es por lo que es. Aceptémonos por quien realmente somos, solo entonces seremos capaces de aceptar al resto por quienes son en vez de rechazarlos porque no son lo que nosotros queremos que sean.
Si aplicamos esta libertad del “ser” no podemos fallar en ser felices ¿después de todo que puede salir mal cuando somos nosotros los que dictamos el resultado final?
© 2009 Gabriela Abalo Author
Pero también podemos mirar a la situación (problema) desde la distancia y preguntarnos ¿Por qué me está pasando esto? y luego actuar guiados por el amor y gratitud hacia el universo por la oportunidad brindada. Una oportunidad que me permite actuar a mi libre albedrio, que me permite decidir quién soy, que me deja crearme a mi antojo. Una oportunidad que pone a prueba mi ego, que elimina mis expectativas y que me permite aceptar lo que es por lo que es y enriquecerme con ello. El saber que soy mi maestro y señor y por lo tanto responsable de todo (absolutamente todo) lo que me pasa es todo lo que se necesita para alcanzar la felicidad que consideramos inalcanzable.
Vivamos cada minuto siguiendo los dictados de nuestros corazón, creándonos a cada paso, sin miedos, sin expectativas, simplemente siendo y aceptando lo que es por lo que es. Aceptémonos por quien realmente somos, solo entonces seremos capaces de aceptar al resto por quienes son en vez de rechazarlos porque no son lo que nosotros queremos que sean.
Si aplicamos esta libertad del “ser” no podemos fallar en ser felices ¿después de todo que puede salir mal cuando somos nosotros los que dictamos el resultado final?
© 2009 Gabriela Abalo Author
1 comment:
:) tal cual!!!! Paulina Reibakas
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